A través de mi vida he viajado tanto, ya sea por trabajo o por placer, que he desarrollado una extraña relación de amor-odio con los aeropuertos y los aviones. Principalmente pienso que son un mal necesario...son la entrada al mundo, aunque a veces no sean precisamente lo más divertido. Sin embargo, a mí me gusta enfocarme en lo positivo que aportan en la vida de la gente...no solo han convertido el mundo en un lugar mucho más pequeño sino que además han contribuido a que nos conectemos en mayor grado, lo cual por sí solo ya es algo loable.
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