Lo más probable es que nunca hayas escuchado mencionar las cuentas azules de Statia...¿o sí? Tranquilo, con seguridad no eres la única persona. Es más, si no fuera porque mis buenos amigos Marlies y Sybolt decidieron casarse en St Eustatius, yo nunca habría viajado a ese lugar y tampoco hubiera oído nada sobre estas cuentas tan particulares...
Statia es como la gente local y los pobladores de la región llaman cariñosamente a St Eustatius, una isla que se encuentra en la parte noreste del Caribe, rodeada de St Maarten, St Barts, St Kitts & Nevis y Saba. Para llegar allí, uno primero tiene que volar a St Maarten y luego tomar uno de los varios vuelos de 15 minutos que hay cada día entre las dos islas.
St Eustatius no siempre fue un lugar desconocido para el mundo. De hecho, en los siglos 17 y 18 esta pequeña isla fue un centro de intercambio comercial muy importante en el Caribe y, por lo tanto, todos en el área la conocían, desde admirantes hasta piratas. Hoy en día, sin embargo, es difícil imaginar que esta tranquila isla (con una población de poco más de 3,800 habitantes) fuese un puerto con mucha actividad.
Actualmente, La Roca Dorada, como se le conoce también a esta acogedora isla, está fuera del recorrido usual de los turistas. Es el destino ideal si estás buscando un lugar en el Caribe con mucha historia, donde puedes pasar un tiempo tranquilo y explorarlo a tu propio ritmo, sin tener que pelear con una multitud de visitantes.
Tuve la fortuna de visitar este único lugar hace dos meses para asistir a la boda de mis amigos. Recorriendo las calles empedradas de Statia descubrí las casas y edificios más pintorescos, e incluso una impresionante fortaleza, Inmediatamente entendí por qué habían escogido esta encantadora isla como el lugar para celebrar su amor: Statia es en efecto un lugar mágico y misterioso y, como tal, es el escenario perfecto para una boda única.
Lo interesante es que, al parecer, la isla no ha visto muchas bodas en los últimos años, así que el gran día de Marlies y Sybolt recibió mucha atención. Incluso les entrevistaron antes de la boda para el periódico local. Durante esa entrevista, Sybolt compartió con la reportera que cada vez que él visitaba Statia él iba a buscar cuentas azules pero nunca tenía suerte, así que siempre terminaba decepcionado. Ella le recordó que uno no encuentra las cuentas azules sino las cuentas azules encuentran a uno.
Ahora, debes estar preguntándote de qué cuentas azules hablaban. Resulta que durante el siglo 17 se utilizaban cuentas azules de forma pentagonal para fines comerciales y estas cuentas llegaron a la región porque los esclavos las recibían como salario. Según la leyenda, cuando los esclavos se emanciparon las arrojaron al mar para celebrar su libertad. Hoy, este tipo particular de cuentas azules solo se encuentran en Statia y en ningún otro lugar del Caribe. Por supuesto, no es fácil encontrarlas y también se cree que si encuentras una, siempre volverás a St Eustatius.
Esa misma tarde, la ceremonia de la boda se llevó a cabo en la Antigua Iglesia Holandesa, un lugar muy fotogénico y sin techo. Después de que Marlies y Sybolt fueron declarados marido y mujer, todos caminamos a la fortaleza, no muy lejos de ahí, para el corte de la torta y el brindis con champaña respectivos. Allí, una agradable sorpresa esperaba a la pareja: la reportera que les había entrevistado temprano se presentó para entregarles cuentas azules como regalo.
Las cuentas azules por fin encontraron a Marlies y Sybolt...¡así como les encontró el amor, cuando ellos no lo estaban buscando! ¡Qué obsequio tan maravilloso y qué manera tan metafórica de conmemorar su historia de amor! Un momento, eso solo quiere decir que ellos volverán a State una y otra vez...¡quizá pueda acompañarles! No estoy muy segura de que ellos cuenten con eso...
Nota de la Editora: Hacia fines del 2015, Marlies y Sybolt se mudaron a Statia para administrar The Old Gin House...como ven, ¡las cuentas azules sí que tienen poderes mágicos! Si es que estás contemplando la posibilidad de visitar esta encantadora isla próximamente, considera en alojarte en el hotel o, si el tiempo no lo permite, por lo menos disfruta allí de una cena o un cóctel. No olvides de darles mis saludos.