Lo más probable es que nunca hayas escuchado mencionar las cuentas azules de Statia...¿o sí? Tranquilo, con seguridad no eres la única persona. Es más, si no fuera porque mis buenos amigos Marlies y Sybolt decidieron casarse en St Eustatius, yo nunca habría viajado a ese lugar y tampoco hubiera oido nada sobre estas cuentas tan particulares...
Read MoreLA BELLA QUISQUEYA
Hace aproximadamente un mes pasé una semana en la República Dominicana, en un viaje de trabajo. Puede haber sido la décima vez que haya visitado esta maravillosa isla, así que tengo que admitir que soy una persona muy afortunada. Como en cada una de mis estancias previas, de verdad disfruté cada momento aun cuando estuve en plan laboral la mayor parte del tiempo y a pesar de que un par de días después de mi llegada me dio un resfrío, por culpa de tanto viaje y las muchas horas en aeropuertos, aviones y hoteles.
Read MoreMARIELA Y EL MAR
He mencionado en un post anterior que me enamoré del mar ya de adulta, después de vivir varios años en México. Sin embargo, solo recientemente me he dado cuenta de que mi "relación" con el mar es mucho más profunda y de que se remonta a mis años de infancia, aunque entonces fuera más bien esporádica. De alguna manera, es casi como si hubiera tenido una relación de amor platónico con el Océano Pacífico por varios veranos consecutivos pero después encontré un amor más estable y duradero con el Caribe.
Read MoreSABROSA JAMAICA
Después de un tranquilo vuelo de Atlanta a Montego Bay y de pasar el control de migraciones y aduanas llegamos a IBEROSTAR Grand Hotel Rose Hall, donde un botones muy sonriente nos recibió al llegar al motor lobby y nos dio una muy necesaria en ese momento toalla húmeda para hacer el calor más soportable. Él nos acompañó a la recepción y mientras nos registrábamos mi bartender favorito Clive apareció con una bebida de bienvenida. Él se alegró cuando lo reconocí. Han pasado cerca de dos años desde mi última visita pero le creo cuando él dice que sí se acuerda de mí.
Read MoreCARIBEÑA
Cuando era pequeña le tenía miedo al mar y creo que era normal porque vivía lejos...aunque, pensándolo bien, el Amazonas parece un mar de alguna manera. Nuestras vacaciones familiares en Lima siempre incluían viajes a la playa los domingos pero nunca consideré al Océano Pacífico un amigo, ya que para mí era más bien intimidante con sus aguas oscuras, frías y sus grandes olas.
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